En términos de investigación
educativa a nivel de América Latina se puede decir que más o menos para finales
de la década de 1950 y hasta comienzo de la década de 1970, recibe un impulso debido
a la implementación de carreras de ámbito educativo en las universidades y a la
creación de diferentes centros investigativos.
Fue así como empiezan a
conformarse diferentes centros dedicados a la investigación educativa a lo
largo de toda Latinoamérica, dentro de los cuales están: En Argentina, el
Instituto Di Tella fue sede del Centro de Investigaciones en Ciencias de la
Educación, creado en 1968; el Centro Paraguayo de
Estudios Sociológicos, creado en 1964, en 1968 se creó el “Fondo Colombiano de
Investigaciones Científicas y Proyectos Especiales Francisco José de Caldas”
(COLCIENCIAS), organismo al cual se encomendó la tarea de financiar y ejecutar
programas investigativos y de innovaciones educativas, científicas y/o
tecnológicas. Para
ese mismo año, se
organizaron el Instituto Colombiano de Pedagogía y el Instituto Colombiano para
el Fomento de la Educación Superior. (ICFES-OEI, 1993).
Ahora bien, dicha planificación
educativa estuvo avalada por la Alianza para el Progreso que los Estados Unidos
propusieron desde el año 1961 a los países latinoamericanos como estrategia de
cooperación que previniera el avance del comunismo. El auge de la planificación
educativa se manifestó en casi todos los países de la región en la creación de
organismos específicos, los cuales incluían funciones de investigación. (Gorostiaga,
2012).
En
México, para 1964, se da la creación del Centro de Estudios Educativos en 1964,
“primer centro multidisciplinario moderno en el país” (COMIE, 2003: 855). A
esto se agrega la conformación de la Comisión de Nuevos Métodos y el Centro de
Didáctica en la UNAM en 1969 y 1970.
Cabe
resaltar también el DIE (Departamento de Investigaciones Educativas) creado en
1971 dentro del Centro de Investigaciones y Estudios Avanzados con la intención
explícita de vincular la investigación con el mejoramiento de la enseñanza, y
del Centro de Investigaciones y Servicios Educativos de la UNAM (1971).
En
Chile, la Fundación Ford impulsó hacia 1970 el crecimiento de dos centros
privados: el Programa Interdisciplinario de Investigación Educativa (PIIE, en
la Universidad Católica) y el Centro de Investigaciones y Desarrollo Educativo
(CIDE) y en Brasil en el caso de la educación, la creación de los primeros
posgrados –la primera maestría en educación fue la de la Pontificia
Universidade Católica do Rio de Janeiro, creada en 1965 – significó la
incorporación de la investigación al ámbito universitario.
Tendencias
recientes en el campo de la investigación educativa
Pese al esfuerzo realizado por cada nación
para la implementación de medidas que vayan a favor de las mejoras en el ámbito
educativo, existe una gran diferencia en cuanto a producción científica e
investigativa se refiere y más aún a nivel de América Latina. Una de las razones
tendría que ver con el manejo de la economía de cada región, sin embargo,
países con buena estabilidad y fuertes recursos financieros tampoco muestran
buena productividad científica.
Aunque América Latina ha aumentado el número de sus científicos e
instituciones de investigación en los últimos años, la brecha entre los países
desarrollados y los de Latinoamérica es sorprendente.
La importancia primordial de la ciencia y la tecnología para el
desarrollo de una nación no es plenamente reconocida en Latinoamérica. Los
principales factores que contribuyen a la baja productividad son el acceso
limitado a subsidios para investigación, presupuestos inadecuados, niveles
deficientes de infraestructura de laboratorios de investigación y sus
equipamientos, el alto costo y la oferta limitada de reactivos de
investigación, los salarios inadecuados y la inseguridad personal de los
científicos.
La inestabilidad política y económica en varios países de América
Latina provoca la falta de objetivos a largo plazo que son esenciales para el
desarrollo de la ciencia. En América latina, la ciencia no es un motor de la
economía. La mayoría de los equipos y suministros son importados (drenaje
económico), y a las industrias nacionales no se les dan incentivos para
producir estos bienes en casa.
Es una pena que la sociedad latinoamericana se haya acostumbrado a
esperar que los nuevos avances científicos y tecnológicos vengan de los países
desarrollados más que de sus propios científicos. (Ciocca Daniel, Delgado Gabriela, 2017)
Fuente: Gorostiaga, Jorge & Tello, Cesar & Isola, Nicolás. (2012). Investigación educativa en América Latina: Notas históricas y tendencias recientes. Investigación Educativa Y Política En América Latina. 17-40.
Ciocca Daniel, Delgado Gabriela. https://www.mendoza.conicet.gov.ar/portal/novedades/index/la-realidad-de-la-investigacion-cientifica-en-america-latina